Guingangolo 2-3 Bar Veracruz

El Guingangolo se presentaba en Abetxuko, dispuesto a seguir con la racha de 10 partidos invicto, ante uno de los pocos rivales que saben lo que es ganar a los de amarillo esta temporada.

El Guingangolo estaba dispuesto a olvidar lo sucedido en el partido de ida y pronto comenzaba la ofensiva, en unos más que notables primeros diez minutos, anotaba por dos veces, primero Toni, con algo de fortuna y más tarde Pasku de tiro cruzado con la izquierda. El balón y las ocasiones eran para el equipo local, que gozaba de una merecida ventaja, mientras que el Veracruz no sabía contener a los de amarillo, a los que tan sólo la mala suerte y el buen portero rival privaron de irse al descanso con una ventaja mucho más amplia.

Pero en la reanudación, las cosas iban a cambiar, los de azul, casi inéditos la primera mitad empezaron a encerrar al Guingangolo más y más y Sergio tenía que emplearse a fondo. Era el momento de reaccionar y se empezó una fase del juego en la que ambos equipos presionaban la salida del balón, lo que hizo que el partido se volviese literalmente loco, y mientras el Guingangolo se estrellaba una y otra vez con un inspiradísimo portero, el Veracruz reducía distancias en uno de tantos contragolpes.

El 2-1 no frenó el ímpetu de ninguno de los dos equipos, y con el marcador ajustado y el casillero de las faltas con 5 para cada equipo se llegaba a la fase final del encuentro, a falta de muy poco para el final, el Veracruz marcaba y hacía el 2-2, fue entonces cuando llegó el momento clave del partido, primero el árbitro se traga el silbato en una clara falta a Dani y a falta de 8 segundos para el final, le pita una mano cuanto menos dudosilla a Toni cuando éste se marchaba sólo, el correspondiente lanzamiento desde los 10 metros lo transforma el capitán de los azules dejando el marcador en el 2-3 definitivo y cortando así la racha de encuentros sin perder del Guingangolo.

Sin duda el que hizo más para llevarse los 3 puntos fue el Guingangolo, con una primera mitad muy superior, en la que debió sentenciar y una segunda, en la que aunque las fuerzas se igualaron, el único pero que se le puede poner es la falta de acierto de cara a gol y de eso buena parte de culpa tiene el portero rival, que de nuevo fue el que salvó a su equipo, como ya lo hiciera la 2ª jornada.

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