Hasta 4 integrantes del
Guingangolo se iban a perder la tarde del sábado, el
encuentro frente al filial de uno de los equipos referencia en el
fútbol sala alavés. Los presentes tenían que hacer olvidar el lamentable resultado de la semana anterior y recuperar la senda de la victoria.
El partido comenzó con un ritmo cansino, como si ambos equipos quisieran ceder la iniciativa al contrario y hacerse fuertes
atrás, para salir al contraataque, pero el balón era del
Guingangolo, que sin un esquema claro, intentaba abrir la defensa rival a base de
individualidades. El juego lento y cansino no le iba al
Ikusnet, e intentó imprimir algo de ritmo, lo que le vino bien al
Guingangolo que aprovechó el acierto de
Toni, que culminó con gran maestría tres buenas combinaciones en ataque poniendo el 3-0.
Hasta el momento parecía ir todo sobre ruedas para los amarillos, pero a cinco minutos para el descanso,
Pasku llega forzado a un balón, se lanza para rematarlo y en la
caída se hace daño en el empeine,
lesionándose para el resto del partido, perdiendo así gran parte del potencial ofensivo y dejando al banquillo con un sólo recambio.
En la segunda mitad, se volvía a repetir el guión, esos cinco minutos en los que no se sabe muy bien por que, el
Guingangolo se pone el
disfraz de Papá
Noel y hace un regalo navideño anticipado al Atenea, poniéndole en bandeja el empate, cediendo 3 goles fruto de la falta de concentración con las que empieza las segundas partes. Para colmo, en una jugada en la que
Asier Antía, se quedaba sólo ante el portero, se hace daño en el abductor y dejaba con cinco jugadores al
Guingangolo para afrontar el último cuarto de hora del partido, ante un
Ikusnet crecido, que no tardó en ponerse por delante.
A partir de ese momento, el Atenea
esperaba atrás, ordenado y cediendo el balón. Los minutos pasaban y el
Guingangolo decidió suicidarse con la estrategia de portero jugador, a pesar de que las dos primeras embestidas terminaron con sendos buenos disparos de Sergio, la falta de entrenamiento de dicha táctica, supuso que el Atenea, acostumbrado sin duda a defenderse en inferioridad, redondease el resultado al 3-7 definitivo, marcando a puerta vacía.
Tercera derrota consecutiva del
Guingangolo, en un partido que no supo leer y con una ventaja de 3 goles, se dejó sorprender a la contra. No vale como excusa, ni las lesiones, ni las bajas, ni los balones al palo (hasta 6), hay que recapacitar e intentar que las segundas partes dejen de convertirse en paseos para los contrarios. Esperemos que tanto
Asier como
Pasku, se recuperen pronto.